Hipoacusia bilateral: Tipos y causas
La hipoacusia es un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad de percibir sonidos. Este trastorno, bastante común en la sociedad, puede comenzar en cualquier etapa de la vida y producirse por diversas causas. Por lo tanto, se puede considerar la hipoacusia como la disminución del nivel de audición por debajo de los niveles que son considerados como normales.
Esta disminución de la capacidad auditiva se divide en dos tipos: la unilateral y la bilateral. Se considera hipoacusia unilateral a la incapacidad para detectar sonidos en uno de los dos oídos mientras que, la bilateral, afecta a los dos por igual. Ambos trastornos requieren de audífonos. Es también remarcable el término anacusia, comúnmente conocido como sordera. La anacusia hace referencia a la pérdida completa de la capacidad auditiva de uno o ambos oídos.
La hipoacusia bilateral afecta siempre a los dos oídos y la gravedad del trastorno varía según la localización de la lesión, el momento en el que se produce y la intensidad de la pérdida de audición, entre otros factores. Existen dos tipos de hipoacusia: la conductiva y la neurosensorial.
Tipos de hipoacusia bilateral
En la hipoacusia conductiva, también conocida como hipoacusia de transmisión, se ve afectado el oído en términos mecánicos. Las zonas más afectadas en este trastorno son el oído medio y externo. Problemas como los traumatismos, tímpano esclerosis, otoesclerosis estapedial o las deformaciones congénitas son las causantes de este tipo de hipoacusia.
Por otra parte, la hipoacusia neurosensorial afecta al oído interno. En esta ocasión, el nervio auditivo, responsable de conducir el sonido hasta el cerebro es el que se ve afectado. También puede darse el caso de que los dos tipos de hipoacusia coincidan, afectando a las tres partes del oído.
Causas de la hipoacusia
La hipoacusia es un trastorno bastante común en la sociedad debido a que puede comenzar en cualquier etapa de la vida y tener muchas causas. Una de las más comunes es la acumulación excesiva de cera en el oído, que afecta directamente al conducto auditivo externo. Entre las otras opciones que pueden generar la hipoacusia se encuentran las infecciones auditivas, que pueden dejar líquido en el oído, provocando así la sordera.
También puede deberse a cicatrices o agujeros en el tímpano que puedan mermar su funcionamiento, a objetos externos que se hayan quedado atascados en el conducto auditivo externo, a daños sufridos en los osículos, también conocidos como huesecillos del oído, a una exposición prolongada a ruidos muy fuertes y constantes o como parte del proceso de envejecimiento.
Sin embargo, no es una afección dirigida únicamente a gente en proceso de envejecimiento. La hipoacusia puede incluso darse antes de nacer debido a una deformidad en los osículos que impiden conducir los sonidos de manera ideal hasta el cerebro. Si esta situación se da en la época prenatal, es probable que se deba a un problema genético. No obstante, también podría darse por bacterias, sustancias ototóxicas o la patología materna gestacional.

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