La audiometría protésica, como su propio nombre indica, es una audiometría encaminada a la adaptación de una prótesis auditiva. La principal diferencia entre una audiometría convencional y una protésica es la precisión y la realización de pruebas audiométricas complementarias que van más allá de la audiometría tonal V.O. y V.A.

Para un especialista en O.R.L., la mayoría de las veces, solo con ver la vía ósea y la aérea, junto con la anamnesis y su exploración, es suficiente para decidir si el tratamiento es médico, quirúrgico o protésico, y además, importa menos que la audiometría pueda estar en alguna frecuencia 5dBs. arriba o abajo.

En cambio para un audioprotesista, la exactitud de los datos es crucial, ya que esos datos son los que luego le vamos a introducir al audífono y con los que el dispositivo va a trabajar, por lo que cuanta más cantidad de datos le proporcionemos y a su vez contra más exactos sean, mayor porcentaje de éxito vamos a tener en la adaptación.

 

Precisión

Hay distintas formas de ser más preciso en una audiometría, tanto V.A. como V.O. y aquí, describo varias de ellas:

Lentitud: No se puede hacer rápido una audiometría protésica, tenemos que estudiar cada frecuencia tomándonos el tiempo necesario para convencernos de que ese es su nivel mínimo de audición. A veces, es necesario estudiar otra frecuencia, para posteriormente volver sobre la misma y aplicar 5 Dbs. menos, viendo qué ocurre. Además, muchos pacientes son mayores y desde que empiezan a oírlo, hasta que se dan cuenta de ello, pasando porque su artrosis no les deja subir el brazo a mucha velocidad, les has podido colocar 5 o 10 dBs. más de lo que realmente tienen de pérdida.

Evitar la fatiga auditiva: La mejor manera para estimular distintas áreas de la cóclea durante el transcurso de la prueba, y así poder llamar mejor la atención del paciente ante sonidos distintos, es empezar por 1Khz.  y a continuación, ir estudiando una frecuencia grave y una aguda, alternándolos durante todo el transcurso de la prueba. También es recomendable no hacer dos pruebas tonales seguidas, ya que es preferible intercalar una prueba tonal con una verbal.

Tipos de estímulos: Hay pacientes que confunden mucho y como lo lógico es repetir al menos dos veces cada frecuencia, a veces te encuentras con distintos resultados. El modo de hacer más reconocible la señal es mantenerla intermitente e incluso, en casos más difíciles, poner la señal en warble o intermitente + warble. Siempre que haya acúfenos no pulsátiles hay que hacer la audiometría utilizando este tipo de estímulos, comenzando por hacerla intermitente y si sigue habiendo confusión, pasando al warble y en última instancia, intermitente + warble.

 

Pruebas audiométricas complementarias

Logoaudiometría: Es la prueba estrella de la audiometría protésica, ya que la persona que decide ponerse un audífono, fundamentalmente lo que quiere es poder comunicarse y entender a los demás. Del resultado de esta prueba vamos a poder obtener la reserva coclear del paciente y así, poder fijar el objetivo hacia el que vamos a caminar. Podemos encontrarnos con audiometrías más o menos conservadas, pérdidas moderadas, con porcentajes de discriminación malos (40-50 % de inteligibilidad), en el caso de las hipoacusias neurosensoriales puras, y lo contrario, pérdidas severas con niveles de inteligibilidad del 100 %, que se dan en las hipoacusias de transmisión.

Todo esto va a depender del estado del oído interno, y el hecho de que sepamos con antelación cuál va a ser la capacidad de entendimiento del usuario. Es importantísimo, para no crearle falsas expectativas, informarle de que lo que no consiga discriminar en la cabina, luego tampoco lo va a hacer con el audífono. En muchas ocasiones, el audífono es un apoyo, una ayuda, pero si el estado del oído interno es malo, poco o nada podemos hacer nosotros.

Las pruebas verbales nos van a informar de a qué intensidad entiende un mayor número de palabras, y de si existe reclutamiento, ya que como recordarán, en ese fenómeno, a mayor intensidad, la capacidad para discriminar desciende, un dato fundamental para saber dónde vamos a tener que colocar los sistemas de compresión de la señal de cada canal independiente. Si yo tuviera que elegir una sola prueba audiométrica para poder adaptar un audífono, créanme que elegiría la logoaudiometría, ya que para un audioprotesista es la prueba que más información le aporta.

U.C.L. (Unconfort Level): Otra de las pruebas imprescindibles para adaptar un audífono. Básicamente, se trata de partir de su umbral mínimo de audición e ir aumentando la intensidad de 125 dBs. a 8 KHz. y que el paciente te indique a qué intensidad el sonido comienza a ser incómodo o desagradable. La cadencia en que aumentamos el sonido debe ser más rápida que la que utilizamos para la audiometría tonal liminal, aproximadamente 1 segundo en cada salto de 5 dBs. y una vez obtenida, restar 5 dBs. en todas las frecuencias.

Esta curva, junto con la audiometría tonal liminal nos va a proporcionar su campo dinámico, su zona útil, la franja en la que va a tener que trabajar el audífono, siempre por encima de donde no oye, pero nunca por encima de donde empiezan a molestar esos sonidos. Para eso utilizamos los sistemas de compresión de la señal que hemos mencionado antes, que son independientes para cada canal, y que son procesadores que convierten la amplificación lineal, que se produce en niveles de intensidad de entrada bajos, de tal modo que a medida de que la señal de entrada aumenta, la de salida disminuye, mediante unos valores que prefijamos nosotros y que denominamos relación de compresión. Que el reflejo estapedial sea positivo o negativo, también nos va a indicar si esos sistemas de compresión deben de ser más o menos agresivos.

 

Campo libre

La audiometría en Campo Libre es la audiometría que se realiza cuando hay una imposibilidad de colocar unos auriculares convencionales, ya que el paciente porta un implante coclear, un audífono convencional V.A. o V.O., un dispositivo osteointegrado o es un niño, en donde tenemos que hacer participar a los instrumentos electrónicos antes mencionados, para valorar cuál ha sido el resultado de la cirugía y posterior programación del implante o dispositivo osteointegrado, o de la adaptación protésica pura.

Por tanto, en vez de usar auriculares en su oído o vibradores en su mastoide, vamos a utilizar Altavoces en Campo Libre. Es una prueba que solo puede valorar la V.A., que en definitiva es la que usamos todos para comunicarnos. La colocación de esos altavoces es fundamental para el correcto desarrollo de la prueba. Se trata de apuntar literalmente al dispositivo del paciente, por tanto, lo ideal es que pudieran regularse en altura y dirección, pero como eso no es siempre posible por las características de la cabina, se deben poner a 1,20 m. de altura, ya que el paciente estará sentado y a un metro de distancia del punto de referencia, que siempre va a ser el dispositivo a valorar, conforme a la normativa ISO 8253-3, y que se muestra en el diagrama adjunto.

grafico

Es muy importante también colocar un sonómetro lo más cerca posible del punto de referencia, que es lo que nos va a indicar la cantidad de decibelios reales que llegan al oído del paciente. En nuestro audiómetro podemos estar estudiando una frecuencia a 50 dBs., pero en cambio el sonómetro solo nos está marcando 30 dBs. Si en ese punto, el paciente nos indica que empieza a oírlo, debemos tener en consideración los 30 dBs., y los 20 dBs. de diferencia es la energía que se ha perdido en el camino que hay desde el altavoz hasta el sonómetro.

Desafortunadamente, la audiometría en Campo Libre tiene algunas desventajas, que no ocurren en una audiometría normal usando auriculares, algunas de ellas son:

  • No es posible asegurar que la persona estudiada, especialmente en niños, permanezca en la posición de referencia exacta durante toda la duración del test.
  • Las dimensiones de la cabeza de la persona estudiada variarán, con lo que resultarán diferentes distancias desde el oído al punto de referencia.
  • Las reverberancias y el estado de las ondas en una habitación/cabina Standard afectan a la calidad del sonido, eliminando el uso de tonos puros como señales del test.

Un artículo de Óscar Martín Portal

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