La garganta, la nariz y el oído están estrechamente relacionados entre sí. Por esta razón, cualquier alérgeno que pueda ingresar a través de estos conductos puede afectar perfectamente al oído. Lo haría mediante una infección en el canal interno auditivo, que produciría lo que se conoce como otitis alérgica, generando dolor de oído.
Causas de la aparición de la otitis alérgica y tipos de infecciones
La otitis alérgica puede surgir en la mayoría de las ocasiones debido a una acumulación de pus detrás del tímpano. Las causas de la aparición de esta infección pueden ser muchas y muy variadas. Las más comunes suelen ser las siguientes:
- Infecciones respiratorias
- Alergias que afectan a la garganta, la nariz o el oído
- Mal funcionamiento de la trompa de Eustaquio
- Resfriados (incluso el hecho de retener el estornudo)
- Contaminantes aéreos (humo del tabaco)
Además, dentro de la otitis alérgica hay que considerar tres tipos de infecciones:
- Otitis externa: en este caso, las bacterias afectan al conducto auditivo y los huesos de la base del cráneo (se presentan cuadros de fiebre, drenaje en el oído, dolor de oído, hipoacusia, prurito en el oído y pérdida de la voz)
- Otitis media: como su nombre indica, la infección se halla en el oído medio, que se inflama y se llena de fluido (se produce presión en el oído, drenaje, pérdida de equilibrio, problemas de audición, fiebre, mareos y dolor de oído)
- Otitis interna: inflamación en el oído interno que da lugar al vértigo (aparece acompañado de náuseas, vómitos, desequilibrio y dolor de oído)
En este sentido, existe otra clasificación que se establece varios niveles dependiendo en la duración de la otitis alérgica. En ese caso nos encontramos:
- Otitis aguda: entre 0 y 3 semanas
- Otitis subaguda: entre 3 y 12 semanas
- Otitis crónica: más de 12 semanas
Tratamiento y prevención de la otitis alérgica
Evidentemente, son las bacterias y los virus los que causan la infección en el oído que conlleva una otitis alérgica. Lo lógico es que se subsane con un tratamiento con antibióticos, aunque en los casos de otitis crónica habrá que llevar a cabo un tratamiento personal para cada caso, ya que aquí entrará en juego la pérdida de audición.
Para prevenir la otitis alérgica es necesario mantener una buena y adecuada higiene en los oídos. Especialmente si entra agua en el conducto auditivo, ya que la humedad puede provocar infección si no se seca bien. No es recomendable limpiarse los oídos con elementos de punta, ya que se puede acumular materia en el interior que dé paso a la infección.
En definitiva, el oído medio necesita estar ventilado a través de la trompa de Eustaquio. Sin embargo, cuando esta última se inflama por algún proceso alérgico, se origina una mala ventilación debido a la infección, y aparece una molesta sensación de presión y dolor de oído.
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